Argentinien: Protest gegen «Spalter» Milei

Unas breves notas para el Workzeitung, la prensa de la unión de sindicatos más grande de Suiza, UNIA, que organiza a los trabajadores de comercio, construcción y servicios privados, entre otros. Las rápidas reflexiones llevan como título: La patria no se vende.

Les dejo el link a la nota del Workzeitung y pego abajo la versión más extensa en español.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por Alejandro Jasinski, doctor en Historia y periodista argentino

Para Workzeitung de la Gewerkschaft Unia de Suiza

A 45 días de asumir el gobierno ultraderechista de Javier Milei, como adelantamos la semana pasada, Argentina vivió ayer el primer round oficial de la lucha callejera. El paro general que impusieron las principales centrales sindicales del país fue limitado, pero la movilización al Congreso de la Nación fue contundente. ¿Qué representa esta acción del movimiento obrero organizado? ¿Cuál es su impacto político inmediato? ¿Cómo continúa esta historia? Aquí, cinco puntos para pensar la actualidad argentina.

1) El paro general fue limitado. Fue de doce horas para la mayoría de los gremios. El transporte recién paró a las 19 horas, supuestamente para garantizar la movilización. Los bancos abrieron durante la mañana. El comercio mantuvo sus puertas abiertas. Los estatales nacionales y municipales alcanzaron enormes niveles de acatamiento. La recolección de residuos se resintió en la ciudad porteña. Lo mismo pasó con los vuelos. Algunos sectores que tienen efectos multiplicadores no pudieron demostrar el acatamiento, como los docentes, ya que es período vacacional. En el sector privado industrial, el paro se sintió poco o de manera limitada a sectores poderosos, como los aceiteros. Los gremios, en definitiva, movilizaron a los delegados, pero no a las bases.

2) La movilización fue muy contundente. Según la CGT, se movilizaron 1,5 millones de personas en todo el país. Esta cifra puede resultar exagerada, pero en Buenos Aires hubo más de 300 mil personas en las calles y en ciudades como Rosario, Mar del Plata y Córdoba, no bajaron de las 50 mil en cada una. En La Rioja hubo 30 mil y en Salta 10 mil. Por donde se lo mire, la movilización y la protesta se sintió en todo el territorio nacional y también en el exterior, con centenares de personas concentrándose en ciudades como París, Bruselas, Roma, Madrid, entre otras. La movilización incluye los días previos: los gremios mantuvieron agitados a los sectores de trabajo. ¿Quiénes se movilizaron? Las centrales CGT y CTAs representan a los sectores formales y conveniados, unos 5 millones de trabajadores. También participaron los movimientos sociales, como la UTEP, que representa a trabajadores excluidos de los circuitos principales y formales de la economía nacional. Hubo además trabajadores independientes, informales, monotributistas, no conveniados. En términos de masa laboral, estos sectores informales son la mayoría, unos 16 millones. Participaron también partidos políticos, desde la derecha nacionalista a la izquierda, pasando por los peronistas y radicales que integran el frente Unión por la Patria, última alianza gobernante y primera oposición política actual.

3) En ese sentido, los esfuerzos volcados en la jornada de ayer apuntaron a dar un mensaje y no a dañar a la maltrecha economía. Frente al Congreso nacional, tomaron la palabra los dos secretarios generales activos de la CGT, uno moderado y otro combativo. Héctor Daer es líder del gremio de Sanidad. Pablo Moyano representa a los Camioneros y es hijo del histórico dirigente gremial Hugo. Ambos discursos se concentraron en atacar los tres paquetes de medidas impulsados por el gobierno ultraderechista de Milei, centrándose en la devaluación de la moneda nacional y el aumento del costo de vida, el avasallamiento de las formas republicanas y a las garantías constitucionales y el ataque a los derechos laborales y a los sindicatos. Anunciaron que harán caer el DNU y la Mega-Ley. Moyano fue más allá y puso nombre y apellido de los beneficiados: Marcos Galperín, del monopolio intelectual Mercado Libre (tipo Amazon), y Paolo Rocca, del poderoso conglomerado financiero, siderúrgico y petrolero Grupo Techint.

4) El gobierno hizo oídos sordos y minimizó la marcha. Dispuso un fuerte operativo de control policial, pero no pudo evitar que la gente ocupara las calles. Políticamente, creen que pueden aprovecharse de la movilización: en definitiva -denuncian-, los que presionan son los “orcos”, la “casta”, los supuestamente beneficiados del modelo económico y social que pretenden desarmar. Por ahora, tienen margen para dar ese mensaje al conjunto de la población. Los principales medios de comunicación apoyan esta línea de combate. La principal tendencia en la red social X ayer en Argentina fue “Yo no paro”. Aunque la imagen pública de Milei cayó en estas semanas (y lo seguirá haciendo mientras la economía siga empeorando), todavía pueden sentirse dueños del 56% del electorado que los depositó en la presidencia a fin del 2023.

5) A contrarreloj, por ahora, pueden mirar de costado la calle, mientras se ocupan del escenario principal de lucha: el Congreso. La justicia sigue sumando fallos contra algunas de las 366 medidas dictadas por decreto (DNU). El Congreso, por su parte, no se ocupó de ellas porque ahora está concentrado en la discusión de la Ley Ómnibus con sus 664 artículos. En la Cámara de Diputados, esta mega-ley fue discutida por opositores, pero recortada por los aliados del gobierno de La Libertad Avanza, que está en minoría. Algunas de las más graves iniciativas fueron quitadas y el proyecto se discutirá punto por punto en el pleno del Congreso la semana próxima. La obstinación déspota de Milei sufre por el paquete fiscal, corazón de su proyecto, y se aferra a un ítem: los poderes especiales, que le serían otorgados por un año o dos, con suficiente discreción para intentar hacer lo que el Congreso ahora rechaza. Milei tiene ventaja, pero el desgaste político es fuerte, mientras avanza la desposesión económica de la población, camino a la dolarización [ejemplo personal: perdí 13 puntos del salario en diciembre y perderé otros 10, con suerte, en enero].

Las centrales sindicales tienen que sacar rápidas conclusiones de este primer round oficial. La primera señal es de satisfacción general. Pero hay quienes apuestan a que se abran las puertas del diálogo, con objetivos limitados, sectoriales o personales, mientras otros creen que fue el paso necesario del movimiento social para voltear las reformas liberales y conformar una rígida oposición política. En el medio, hay muchos actores e intereses. Todo se define muy rápido, pero la lucha va a ser larga. Por fuerza y negociación, se podrá definir quiénes, cómo y cuándo, vuelven a subirse al ring. Ayer, el movimiento obrero y social cumplió y dijo: “La patria no se vende”.

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